La inflación en México dio finalmente una sorpresa positiva al arranque de agosto, de la mano de la desaceleración de precios del gas doméstico LP --por el esquema de control gubernamental-- y del fin de la temporada vacacional, que opacaron las presiones observadas en bienes agropecuarios.

Sin embargo, el índice que elimina las variaciones de productos muy volátiles, también conocido como subyacente, que es el más vigilado por las autoridades para decidir el rumbo de la política monetaria, mostró aún más resistencia y reveló lo complejo que está resultando contener las presiones inflacionarias.

De acuerdo con datos de Inegi, la inflación cayó 0.02% en la primera quincena de agosto y desaceleró hasta una tasa anual de 5.58%. El índice subyacente avanzó 0.28% quincena a quincena (el mayor repunte para un lapso similar desde 2003) y alcanzó una tasa anual de 4.78%.

La mayoría de analistas da por hecho que el Banco de México deberá seguir adelante con el ciclo alcista de tasas de interés para contener la inflación, aunque ahora se cree que el movimiento sea tan acentuado como se temía hace un par de meses.
 

Las empresas en el país dijeron que enfrentan dos grandes obstáculos para su desarrollo: la corrupción y la burocracia, de acuerdo con la Encuesta de Calidad Regulatoria e Impacto Gubernamental levantada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

Del lado positivo, las empresas consultadas dijeron que durante el año pasado perdieron 50% menos por actos de corrupción de lo que les estaba costando hace cuatro años. Inegi dijo que la corrupción costó 887 millones de pesos a las empresas en 2020, contra 1.6 mil millones de pesos en 2016.

De lado negativo, más de 200 mil compañías dijeron que tuvieron que incurrir en corrupción a cambio de seguir adelante en su operación. Siete de cada 10 aún creen que esta práctica es común entre los servidores públicos.

Tal parece que la cruzada contra la corrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador está avanzando, aunque a un ritmo menor que el deseado.
 

El apetito por instrumentos de deuda de corto plazo aumentó a pesar de que las tasas de los instrumentos descendió, un síntoma de que el mercado moderó sus expectativas sobre medidas monetarias menos restrictivas por parte de Banco de México, de acuerdo con los resultados de la reciente subasta gubernamental de valores del gobierno.

Para los expertos, si bien los resultados de la subasta aún sugieren que se esperan más ajustes a la tasa de interés de referencia local, es posible que las menores tasas de los instrumentos de deuda sean un indicio de que la dimensión del ajuste de Banco de México no sea tan agresivo como se anticipaban hasta hace unas semanas, ya que recientes datos de inflación fueron más mesurados durante la primera mitad de agosto.

“Los resultados de esta semana se dieron después de que la inflación de la economía mexicana registró niveles por debajo de lo previsto durante la primera quincena de agosto, a días de conocer las minutas de la última reunión de Banco de México, en donde se elevó por segunda ocasión la tasa de referencia”, escribió Sofía Santoscoy, analista de Grupo Bursamétrica, en un reporte.
 

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Fernanda Celis
Directora Editorial Newsletter AXIS
Especialista en Negocios y Finanzas.