Desde el anuncio de su construcción, incluso antes del inicio del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles lo ha rodeado la polémica.
 

Más cuando su edificación representó la cancelación de la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de México en lo que fue el Lago de Texcoco y que llevaba ya entre 20 y 30% de avance.
 

Por eso, no dejó de sorprender que Volaris, la aerolínea con mayor participación en el mercado doméstico, decidiera respaldar esa nueva terminal aérea y que está, de acuerdo al gobierno, a cinco meses de su inauguración.
 

El voto a favor lo dio la aerolínea de costos ultra bajos al indicar que iniciará operaciones regulares en la nueva terminal de la capital del país a partir del próximo año, con dos rutas que conectarán al nuevo destino con las ciudades de Tijuana y Cancún --las más apartadas desde Ciudad de México.
 

Las críticas sobre la accesibilidad terrestre y la viabilidad de las operaciones aéreas en Santa Lucía, que se ubicará a hora y media del centro de la capital, parecen no ser impedimento para que la low cost mexicana decida tener operaciones ahí. Volaris incluso dijo que ve un mercado potencial de casi cinco millones de pasajeros en ese nuevo puerto aéreo.
 

Muy seguramente, la aerolínea especializada en viajeros que visitan a amigos y familiares tiene en la mira a quienes para viajar desde el centro del país a esas dos ciudades remotas ya tenían que venir a Ciudad de México, por no tener cerca de sus poblaciones a otras terminales aéreas que ofrecieran esas rutas.
 

Así, para ese grupo de personas el traslado a la capital o a Santa Lucía podría ser indiferente.
 

Si bien la aerolínea apuntó que su decisión responde a una estrategia de negocios, para el gobierno mexicano representa el mayor espaldarazo que ha recibido el polémico proyecto, y que desde sus primeros meses recibió el rechazo de otras compañías de aviación, como Grupo AeroMéxico.
 

La estrategia de Volaris, además, no implica mover operaciones del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México ni de ninguno de los otros aeropuertos del país, sino ofrecer una terminal más a sus viajeros.
 

Muchos en México y Latinoamérica se han preguntado cuándo saldrán al mercado esas empresas fintechs que han logrado una valuación superior a los mil millones de dólares.

Nu Holding, la empresa propietaria del banco digital brasileño, Nubank, respondió a esa interrogante hoy al anunciar que estaba iniciando ya los trámites para realizar una oferta pública inicial de sus acciones.

¿Dónde? Pues ni más ni menos que en el mayor mercado bursátil del mundo, Estados Unidos, y en el mercado de su natal Brasil.

La noticia generó gran entusiasmo entre círculos financieros pues muchos creen que con ella se abre la puerta a que otras empresas digitales valuadas en más de mil millones de dólares de latinoamérica también busquen levantar capital en los mercados de valores.

En México, muchos incluso creen que eso podría reanimar a las alicaídas bolsas, la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) y la Bolsa Institucional de Valores (Biva), las cuales en lugar de registrar nuevas ofertas públicas que entusiasmen a los inversionistas están viendo retiros de sus “pisos de remates” de grandes empresas ante el poco interés que existe en las acciones locales, más cuando hoy la tecnología permite acceder a mercados y acciones en el extranjero de forma fácil y amigable.

La salida a bolsa de Nu podría así entusiasmar a los llamados unicornios mexicanos, como la empresa digital de venta de autos usados, Kavak; la empresa digital de terminales punto de venta, Clip; el mercado mexicano de intercambio de cripto monedas, Bitso; y la financiera digital para empresas pequeñas y medianas Konfío, puedan optar por vender acciones aquí y en el extranjero.
 

La celebración del Gran Premio de México de la Fórmula 1, la máxima categoría del automovilismo internacional, no ha estado exenta de obstáculos que, sin embargo, ha siempre superado, ganando incluso la calificación del mejor gran premio por ya varias temporadas seguidas.

Este año, parece que el espectáculo volverá a enfrentar posibles vientos en contra, ahora a cargo de la empresa mexicana fabricante de lubricantes y aditivos Bardahl.  

A unos días de realizarse la competencia, programada del 5 al 7 de noviembre, esa compañía está sacando a relucir una disputa legal con la empresa que organiza las carreras internacionales y probablemente con las escudería que participan en el evento.

De acuerdo a los abogados de la compañía, Bardahl tiene, desde 1979, el uso registrado de las marcas F1, F2 y Fórmula 1 para sus productos; de tal suerte que está amenazando con demandar a quienes las utilicen durante el Gran Premio de México y de manera simultánea con aceites y lubricantes ajenos a los de sus marcas.

Claro que, por un lado, el reclamo de Bardahl no es nuevo. De hecho, data de 2015, año en el que México volvió a celebrar un Gran Premio tras muchos años en que esa competición se ausentó del país.

Claro que pocos creen que las amenazas de la compañía prosperen, más cuando el Gran Premio tomó el nombre de Fórmula 1 para identificar su competencia automovilística a nivel mundial y logró su registro legal 749056 el 19 de enero de 2004.

Al final serán los abogados y jueces los que muy probablemente resuelvan esta disputa, mientras todos esperan con ansias volver a ser testigo de una carrera más de una muy emocionante temporada en la que dos pilotes, Lewis Hamilton, de Mercedes y actual campeón , y Max Verstappen de Red Bull, se disputan el campeonato y Verstappen cuenta con la ayuda del piloto mexicano, Sergio Perez, para coronarse.
 

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Fernanda Celis
Directora Editorial Newsletter AXIS
Especialista en Negocios y Finanzas.