Aunque las acusaciones y el arresto del exsecretario de la Defensa, Salvador Cienfuegos, confirmar la descomposición ética que prevaleció en el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, su detención no deja intacto al actual gobierno.

La confianza casi ciega que ha depositado el presidente Andrés Manuel López Obrador en las fuerzas armadas de México por ser supuestamente incorruptibles, está siendo ya cuestionada.

Cienfuegos no es además el primer general al que se le descubren supuestos vínculos con algunos de los cárteles de las drogas. En el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León el también llamado zar antinarcóticos, Jesús Gutiérrez Rebollo, fue también detenido y sentenciado por trabajar en favor de la delincuencia organizada, cuando debía combatirla.

De ahí que el arresto de Cienfuegos debería al menos reflexionar al presidente de todas las nuevas responsabilidades que ha dado a las fuerzas armadas para combatir al crimen organizado y sus actividades delincuenciales, sobresaliendo una de ellas: el cuidado y resguardo de las aduanas del país y por donde supuestamente los cárteles trafican sus estupefacientes.
 

Experiencias como la de Chile con el nuevo etiquetado podrían predecir lo que ocurrirá en el mercado mexicano, donde recientemente, el 1 de octubre, entró en vigor la reforma a la norma que obliga a las empresas a advertir a los consumidores del exceso en nutrimentos añadidos en alimentos y bebidas prenvasados a través de sellos octagonales que resaltan --aunque uno no los quiera ver-- en los empaques de los productos.

 En el país sudamericano, después de 12 meses, cerca del 60% de las categorías que habían registrado pérdidas al inicio de la puesta en marcha del etiquetado, en 2016, vieron una recuperación en sus ventas, de acuerdo con Adrián Ávalos, gerente de estudios especiales de la división Worldpanel de la consultora de mercados Kantar México.

A los tres años, los consumidores generaron una especie de insensibilidad hacia los sellos, pues se acostumbraron a ver productos con al menos un sello, perdiendo su poder diferenciador, lo cual también podría ocurrir en México, donde entre el 70% y 80% de los alimentos y bebidas no alcohólicas podría llevar alguna leyenda y octágono.
 

En México, la temporada de reportes trimestres está a la vuelta de la esquina y los analistas han considerado que las empresas cíclicas, o las que más dependen del desempeño económico, serán las que brillen en sus resultados financieros de julio a septiembre.

Tal suposición cobra fuerza ante el hecho de que fue en el tercer trimestre del año cuando la economía global y local repuntó con mayor fuerza, pero también se sabe que ello provocó que se gestara una segunda ola de contagios de covid-19 en las economías avanzadas, como las de Europa y Estados Unidos.

Pero los analistas no consideran que los gobiernos vuelvan a emitir alertas de encierro tan drásticas como las adoptadas a principios de año, cuando el covid-19 se volvió una pandemia, pues ello abriría una herida económica más profunda.

De ahí que no se pude negar que el sector cíclico, donde se ubican empresas del ramo industrial y manufacturero, podrá tener un rebote en sus utilidades, al menos en el tercer trimestre del año.

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Fernanda Celis
Directora Editorial Newsletter AXIS
Especialista en Negocios y Finanzas.