Unifin busca acuerdos de espera con sus acreedores, además de nuevos refinanciamientos o inyecciones de capital. Foto Google
Unifin busca acuerdos de espera con sus acreedores, además de nuevos refinanciamientos o inyecciones de capital. Foto Google

9 de ago. (Axis negocios) -- Unifin, la mayor arrendadora independiente de América Latina, anunció que dejará de pagar intereses y capital de sus adeudos ante su situación de liquidez y capitalización, derivada del difícil acceso a financiamiento que afecta a las financieras no bancarias locales a raíz de la pérdida de confianza ocasionados por los problemas contables de algunos prestamistas de nómina.

     A partir de esta decisión Unifin dijo en un comunicado que buscará iniciar las negociaciones con sus acreedores para buscar acuerdos de espera con la intención de entablar una reestructura estratégica, ordenada y consensuada que beneficie a todos sus grupos de interés.

     “El consejo de administración y el equipo directivo de la compañía están enfocados en mantener la continuidad del negocio y alcanzar la estabilización del mismo, en beneficio de la compañía y la totalidad de sus grupos de interés”, escribió la empresa con tres décadas de operaciones en el comunicado.

     La medida contempla que las bursatilizaciones privadas sin recurso para la firma continúen cumpliéndose y tiene la intención de incrementar la flexibilidad financiera de la arrendadora, optimizar la aplicación de recursos, además de preservar la operación normal del negocio.

     Además de pactos con acreedores, Unifin buscará de forma activa concretar potenciales operaciones de financiamiento, refinanciamiento, inversión y capitalización, así como aumentar sus fuentes de ingresos y optimizar costos.

     Para ello, la empresa contrató a las firmas de asesoría financiera Rothschild y AlixPartners --especializada en reestructuras--, además de las firmas legales Sainz Abogados y Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom.

     Unifin cuenta con pasivos financieros totales por 79 mil 355 millones de pesos (tres mil 927 millones de dólares) de acuerdo con su reporte trimestral al cierre de junio, prácticamente el doble de los que contaba hace cinco años.

     En tanto, su apalancamiento financiero, o su pasivo financiero menos bursatilizaciones entre el capital contable, cerró el semestre en 6.0 veces, el más elevado en al menos nueve años.

     Como muchas otras empresas locales e internacionales el entorno económico global significó complicaciones para la empresa, no obstante, el sector financiero no bancario de México atraviesa una crisis derivada de los graves problemas contables de entidades que están especializadas en otorgar créditos de nómina.

     La Asociación de Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (Asofom) negó de inicio que esa situación sea reflejo de un problema sectorial e incluso algunos participantes del sector reaccionaron al anuncio de Unifin.

     “Sin duda es un shock fuerte verlo tambaleándose”, dijo sobre Crédito Real Enrique Presburguer, presidente nacional de Asofom, en conferencia en febrero. “Es importante precisar que no es un riesgo que tenga que ver con figura financiera si no con segmentos de crédito al consumo”.

     Sin embargo los inversionistas institucionales, sobre todo internacionales, sí parecen haber perdido confianza en el sector, de acuerdo con calificadoras crediticias, a partir de recientes casos de malas o deficientes prácticas contables que además no fueron alertadas por el despacho auditor.

     En concreto el caso de dos sociedades financieras de objeto múltiple por separado fueron los que detonaron la falta de credibilidad del sector.

     AlphaCredit, con base en un error contable que elevó el deterioro de sus activos y otras cuentas por cobrar, optó por negociar con sus acreedores bajo el amparo de las leyes tanto de Estados Unidos como México. Por su parte, Crédito Real cayó en impago de un bono internacional este año por falta de liquidez y terminó por ser declarada en liquidación.

     Ambos casos contaron con el común denominador de ser empresas auditadas por el despacho Galaz, Yamazaki, Ruiz Urquiza, que en México representa al prestador de servicios profesionales más grande del mundo, Deloitte, quien también estuvo involucrado como auditor, de acuerdo con un reporte de The Wall Street Bankruptcy, con otra “nominera” con problemas financieros llamada Grupo Finmart y que finalmente fue adquirida por AlphaCredit.

     “Es una desgracia que estén pasando por esta situación. . . desgraciadamente algunas malas decisiones hacen que terminen así”, dijo Elías Rahmane, director general del prestamista para pensionados y profesores Exitus Credit, en conferencia de prensa.

     En el caso de Unifin el auditor externo no es Deloitte, sino la filial en México de otra de las grandes firmas globales, PriceWaterhouseCoopers y de acuerdo con una vocera consultada queda descartado un problema contable como el presentado por Crédito Real o AlphaCredit.

     La desventaja para Unifin fue visualizada desde el primer trimestre de año por Fitch Ratings y S&P Global Ratings, dos de las principales agencias crediticias globales, quienes bajaron la calificación de Unifin a el tercer y cuarto escalón en grado especulativo, respectivamente, al destacar el menor acceso al financiamiento por la desconfianza en el sector y sus próximos vencimientos.

     “En nuestra opinión, los riesgos internacionales, regionales y sectoriales en curso seguirán presionando las fuentes de fondeo y la flexibilidad financiera de Unifin en los próximos meses”, escribió S&P en su análisis, publicado en marzo.

     De acuerdo con cálculos de Fitch Ratings, la compañía obtenía de los mercados internacionales 58% de su fondeo total.

     Al cierre de junio Unifin reportó un índice de capitalización, un indicador que divide el capital contable entre el portafolio neto para medir la fortaleza del balance y capacidad de respuesta de las compañías financieras, de 17.9%, que es inferior al de hace un año y de hecho el más bajo en cinco años.

     Unifin ya llevaba algún tiempo tratando de diversificar sus fuentes de recursos y mejorar su perfil de deuda. En febrero la arrendadora obtuvo tres mil millones de pesos (144.9 millones de dólares) con su primera colocación de certificados bursátiles quirografarios de corto plazo, a partir de la que destacó la “confianza del mercado nacional”.

     Para junio contrató una línea de crédito con el banco suizo Credit Suisse denominada en pesos y por un monto principal equivalente a 500 millones de dólares, de los cuales 200 millones constituyen una línea revolvente que utilizaría entre otras cosas para refinanciamiento.

     Incluso la compañía ya había negociado con acreedores, particularmente con los tenedores de un bono por 200 millones de dólares que paga una tasa de interés de 7%, con quienes acordó recorrer el vencimiento del instrumento de 2022 a 2024.

     Las operaciones “reafirman la fortaleza y la posición de liderazgo de Unifin en un ambiente desafiante debido a la reducida confianza de los inversionistas en las instituciones financieras mexicanas no bancarias”, dijo la empresa hace dos meses.

     En el reporte de resultados del segundo trimestre del año la compañía, que tiene un índice de cartera vencida de 4.6%, resaltó que recortó su originación de crédito y aumentó la cobranza como parte de su estrategia para privilegiar su liquidez.

     Las acciones de la empresa, que no mencionó en su comunicación intenciones de adherirse a un proceso concurso mercantil en México o quiebra en la legislación estadounidense, presentaron una baja de 88.8% en bolsa para cerrar en 1.46 pesos, su mayor caída en siete años de cotizar en bolsa hacia un nuevo mínimo histórico.

     Luego de la noticia Martin Lara, analista de Miranda Global Research puso su recomendación sobre la compañía en revisión.

 

* Dassaev Rodríguez colaboró con la elaboración de esta historia.

 


Fecha de publicación: 09/08/2022

Etiquetas: Unifin reestructura acreedores pagos deuda