UBS Group, la mayor institución financiera de suiza, acordó, con el apoyo y la promoción de las autoridades bancarias del país, hacerse cargo de su principal rival Credit Suisse Group por más de tres mil millones de dólares, el mayor acuerdo bancario en años y con el que las autoridades buscan detener una peligrosa disminución de la confianza en el sistema bancario global. Foto flicker.com/Rebecca Wire (https://flic.kr/p/6aL3AB)
UBS Group, la mayor institución financiera de suiza, acordó, con el apoyo y la promoción de las autoridades bancarias del país, hacerse cargo de su principal rival Credit Suisse Group por más de tres mil millones de dólares, el mayor acuerdo bancario en años y con el que las autoridades buscan detener una peligrosa disminución de la confianza en el sistema bancario global. Foto flicker.com/Rebecca Wire (https://flic.kr/p/6aL3AB)

19 mar. (Dow Jones) -- UBS Group acordó hacerse cargo de su rival Credit Suisse Group por más de tres mil millones de dólares, el mayor acuerdo bancario en años promovido por reguladores ansiosos por detener una peligrosa disminución de la confianza en el sistema bancario global.

     El acuerdo entre los pilares gemelos de las finanzas suizas es la primera megafusión de bancos globales sistémicamente importantes desde la crisis financiera de 2008, cuando las instituciones de todo el panorama bancario se vieron forzadas a fusionarse con rivales, a menudo y cómo ahora a instancias de los reguladores.

     El gobierno suizo dijo que proporcionaría más de nueve mil millones de dólares para respaldar algunas pérdidas en las que UBS podría incurrir al hacerse cargo de Credit Suisse. El Banco Nacional Suizo también proporcionó más de 100 mil millones de liquidez a UBS para ayudar a facilitar el acuerdo.

     Las autoridades suizas estaban bajo presión para que el acuerdo se llevara a cabo antes de que los mercados asiáticos abrieran el lunes. Tuvieron que caminar por una delgada línea, necesitando que los consejos de administración de los dos bancos aceptaran el acuerdo y evitando la alternativa, una liquidación de Credit Suisse liderada por el regulador, algo que podría haber resultado en una crisis más prolongada y dolorosa para el sistema financiero.

     La urgencia por parte de los reguladores se debía a una perspectiva cada vez más grave en Credit Suisse. El banco enfrentó hasta 10 mil millones de dólares en retiros de sus clientes cada día la semana pasada, de acuerdo con una persona familiarizada con el asunto.

     A los reguladores también les preocupaba que la quiebra de Credit Suisse pudiera convertir a Suiza en una nueva fuente de contagio para el estrés global. Horas después del acuerdo con UBS, un grupo de bancos centrales, entre ellos la Reserva Federal y el Banco Nacional de Suiza, anunciaron la ampliación de una línea de intercambio o swap de dólares, o un tipo de operación de préstamo internacional. Llamaron a la expansión de “un importante respaldo de liquidez para aliviar las tensiones en los mercados globales de financiamiento”.

     El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, dijo que los recientes problemas bancarios que comenzaron en Estados Unidos eran demasiado para soportar. “La aceleración de la pérdida de confianza y el empeoramiento de los últimos días dejaron claro que Credit Suisse no puede seguir existiendo en su forma actual”, dijo.

El presidente de UBS, Colm Kelleher, dijo que UBS reduciría el negocio de banca de inversión de Credit Suisse y lo alinearía con la “cultura de riesgo conservadora” de UBS. Agregó que el acuerdo “apoya la estabilidad financiera en Suiza y crea un valor sostenible significativo para los accionistas de UBS”. Sin embargo, para ayudar a absorber el acuerdo, UBS dijo que pausaría su programa de recompra de acciones.

     El repentino colapso de Silicon Valley Bank a principios de este mes llevó a los inversionistas de todo el mundo a buscar puntos débiles en el sistema financiero. Credit Suisse era una de las instituciones bancarias que estaba en la parte superior de las listas de muchos como una entidad con problemas, debilitado por años de escándalos autoinfligidos y pérdidas comerciales, especialmente el fracaso de dos clientes clave en 2021 --Greensill Capital y Archegos Capital Management.

     A pesar de los repetidos cambios ejecutivos y las promesas de reforma, los inversionistas parecieron cansarse de lo que resultaban una serie interminables tropiezos.

     La nueva administración del banco, que asumió el cargo el año pasado, muchos de ellos provenientes de UBS, intentó una campaña de tranquilidad entre los clientes y prometió una reestructuración que cambiaría al banco.

     Credit Suisse incluso acababa de recaudar cuatro mil millones de dólares en capital fresco del Saudi National Bank y otros inversionistas el otoño pasado para financiar una amplia revisión. Pero los clientes huyeron en masa y se llevaron consigo 120 mil millones de dólares en activos bajo administración en los últimos meses de 2022.

      El precio de las acciones y los bonos descendían hace unos en caída libre, al grado que Credit Suisse decidió tomar un salvavidas de 54 mil millones de dólares del Banco Nacional de Suiza el jueves pasado. El ministro de Finanzas de Suiza dijo el domingo que la línea de liquidez se duplicó más tarde ese día para garantizar que el banco pudiera sobrevivir hasta el fin de semana.

     Pero los funcionarios suizos, junto con los reguladores en Estados Unidos, el Reino Unido y la Unión Europea, que supervisan partes del banco, temían que se volviera insolvente esta semana si no se trataba la problemática del banco de 167 años de antigüedad y estaban preocupados que la confianza se desmoronara más y contagiase a otros bancos.

     Finma, el regulador financiero de Suiza, dijo que Credit Suisse experimentó una “crisis de confianza”. Agregó que existía “el riesgo de que el banco se volviera ilíquido, incluso si seguía siendo solvente, y que era necesario que las autoridades tomaran medidas para evitar daños graves a los mercados financieros suizos e internacionales”.

     Finma dijo que las operaciones de los bancos abrirían normalmente el lunes “sin restricciones ni interrupciones”, como ocurrió.

     Las conversaciones entre los reguladores y los dos bancos comenzaron el miércoles pasado.

     Los reguladores presentaron dos opciones: una adquisición o una bancarrota. La bancarrota sería un desastre prolongado, y dentro de UBS los ejecutivos temían que manchara toda la marca de la banca suiza, de acuerdo con una persona familiarizada con el asunto.

     Eso aceleró las discusiones con las autoridades suizas sobre un acuerdo.

     Un matrimonio forzado de los dos titanes de la banca suiza era algo que UBS nunca había querido. Credit Suisse, el número 2 en la industria bancaria de Suiza, tenía una larga lista de escándalos y problemas. Su gran banco de inversión era lo opuesto al modelo de “capital light” que UBS había estado diseñando y aplicando durante años.

     Pero otras partes eran atractivas: Credit Suisse es el principal rival de UBS en el sistema bancario suizo local. Una fusión de los dos en otros tiempos podría haber parecido una combinación monopolística imposible. Las autoridades suizas concedieron una exención a UBS.

     Credit Suisse tiene un caché de clientes ricos de gestión de patrimonio en Asia que encaja con los negocios y ambiciones similares de UBS allí.

     El arroz negro es el banco de inversión. Credit Suisse había estado reduciendo grandes partes de esas operaciones y había planeado escindir el negocio de asesoría en una nueva firma dirigida por un ex miembro del consejo, el banquero Michael Klein.

     Esa escisión ahora está en duda, pero el gobierno suizo acordó compartir partes de las pérdidas en las que UBS podría incurrir para liquidar el resto, de acuerdo con las personas familiarizadas con el asunto.

     El domingo, hubo un último esfuerzo por parte de un grupo que incluye al mayor accionista de Credit Suisse, Saudi National Bank, para mantener vivo al prestamista, de acuerdo con personas familiarizadas con la oferta. El grupo hizo una propuesta rival para inyectar alrededor de cinco mil millones de dólares en Credit Suisse. De acuerdo al plan, los tenedores de bonos de Credit Suisse habrían estado totalmente protegidos.

     Los ministros suizos rechazaron la oferta, de acuerdo con las personas. Los accionistas querían que se ofrecieran los mismos respaldos gubernamentales a UBS, como la línea de liquidez, pero fueron rechazados.

     La agitación de los accionistas tuvo un efecto. Una propuesta anterior de UBS para pagar alrededor de mil millones de francos suizos, o alrededor de mil 100 millones de dólares, finalmente se elevó a tres mil millones de francos, pagados en acciones de UBS. Aun así, eso es menos de la mitad del último valor de mercado negociado de Credit Suisse el viernes.

     También tendrán grandes pérdidas los tenedores de bonos de “nivel 1” adicional por un valor de 17 mil millones de dólares de Credit Suisse, que son valores que parecen bonos de un banco hasta que el banco se mete en problemas financieros, momento en el que pierden su valor.

     El fin de la existencia de Credit Suisse marca uno de los momentos más significativos en el mundo bancario desde la última crisis financiera. También representa una nueva dimensión global del daño de una tormenta bancaria que comenzó con el repentino colapso de Silicon Valley Bank a principios de este mes.

     Credit Suisse estuvo asesorado por Centerview Partners. Los asesores financieros de UBS fueron JPMorgan Chase & Co. y Morgan Stanley.

--Summer Said y Julie Steinberg contribuyeron a este artículo.

 


Fecha de publicación: 17/03/2023