Automotrices pactan para contar con los muy requeridos metales para baterías

25 de jul. (Dow Jones) -- Los fabricantes de automóviles más grandes del mundo están ingresando de manera más seria a la cadena de suministro de metales para impulsar sus autos eléctricos. Un acuerdo de mil millones de dólares que se cerrará en las próximas semanas destaca la urgencia de esa estrategia y de los riesgos que están tomando para llegar allí.

     Volkswagen y el fabricante de Jeep, Stellantis, están comprometiendo 100 millones de dólares cada uno en una complicada transacción que creará una compañía minera que cotizará en bolsa y que hoy produce níquel y cobre de dos minas brasileñas que funcionan con energía hidroeléctrica.

     Las compañías se están uniendo a un SPAC, o Special Purpose Acquisition  Compañy, que es dirigida por un conocido ejecutivo minero y que espera hacer más acuerdos para construir una gran compañía de metales para baterías. El gigante minero Glencore también está aportando 100 millones de dólares y acordó convertir el níquel y el cobre de las minas en material para baterías, en sus instalaciones de procesamiento en Europa Occidental y América del Norte. Esas plantas calificarían para recibir subsidios que están entregando los gobiernos de Estados Unidos y Europa para fomentar la transición de vehículos de combustión interna a autos eléctricos.

     Los inversionistas están mostrando entusiasmo por el acuerdo. Las acciones del SPAC, con sede en Londres y conocido como ACG Acquisition, han subido a pesar de un profundo enfriamiento en ese mercado. Los ejecutivos de ACG están llevando a cabo un roadshow para recabar dinero de inversionistas profesionales antes de una votación de los accionistas a finales de este mes, dijeron.

     La transacción destaca la desesperación por asegurar materias primas fuera de China, el procesador de metales para baterías dominante en el mundo. Muchos fabricantes de automóviles están buscando materiales de minas que cumplan con altos estándares ambientales y laborales, en parte para calificar para miles de millones de dólares en créditos fiscales, préstamos y subsidios para automóviles eléctricos en Estados Unidos, Canadá y Europa.

     En los últimos meses, General Motors invirtió 650 millones de dólares en un productor de litio, Stellantis puso 155 millones de dólares en una mina de cobre de Argentina y Ford invirtió en una mina de níquel de Indonesia. Volkswagen lanzó una búsqueda global de metales para baterías antes de unirse al acuerdo ACG SPAC, que es único en unir varias partes de la cadena de suministro de automóviles en una sola transacción.

     El que Volkswagen y Stellantis se unan a la transacción “te dice mucho sobre la escasez del material que produciremos”, dijo Artem Volynets, director ejecutivo de ACG. Las minas que funcionan con energía hidroeléctrica local les dan a los metales un perfil de emisiones más bajo, agregó.

     Volynets anteriormente dirigía EN+ Group, la compañía rusa fundada por el oligarca sancionado Oleg Deripaska, quien posee una gran participación en el productor de aluminio UC Rusal. Volynets y otros ejecutivos hicieron de Rusal una de las compañías de aluminio más grandes del mundo a través de una serie de adquisiciones. Ahora esperan usar una estrategia similar centrada en los metales de las baterías, dijo.

     Un SPAC es una empresa fantasma que recaba dinero de los inversionistas, luego cotiza públicamente en una bolsa de valores con la única intención de hacer una transacción para crear una nueva empresa pública. Tales acuerdos se convirtieron en alternativas populares a las ofertas públicas iniciales tradicionales en 2020 y 2021, y luego cayeron en desgracia el año pasado cuando los inversionistas comenzaron a retirar en masa su efectivo de tales acuerdos.

     Por lo general, los SPAC se fusionan con startups privadas. En cambio, ACG está recabando fondos externos de más de mil millones de dólares, a través de capital, deuda y acuerdos anticipados para vender el metal que produce y para comprar las minas directamente de la firma de capital privado Appian Capital Advisory. Después de comprar las minas, el SPAC planea convertirse en una nueva compañía operativa llamada ACG Electric Metals.

     La compañía espera tener al menos unos pocos cientos de millones de dólares en su balance. Volynets dijo que los ejecutivos de SPAC también están compartiendo algunas de sus acciones con inversionistas en la firma de cheques en blanco para alentarlos a mantener su dinero en el acuerdo y aumentar la cantidad de dinero que tendrá la nueva compañía minera pública.

     Volkswagen acordó proporcionar 100 millones de dólares en un prepago por níquel. Stellantis, Glencore y la firma de inversión minera La Mancha Resource Capital han comprometido cada uno 100 millones de dólares en inversiones de capital, mientras que el SPAC actualmente está tratando de recabar otros 300 millones de dólares durante el roadshow. Está recabando aproximadamente 300 millones de dólares en deuda de bancos, incluido Citigroup.

     Volynets está tratando de diferenciar su SPAC de la mayoría de las fusiones de cheques en blanco que involucran nuevas empresas no rentables en áreas llamativas como taxis voladores eléctricos y criptomonedas. ACG proyecta que las minas que está comprando tendrán ganancias antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización de alrededor de 270 millones de dólares este año.

     ACG dependerá de los volubles mercados de productos básicos, aunque se espera que la fuerte demanda de baterías respalde los precios del níquel y el cobre en los próximos años. Las interrupciones inesperadas de la mina podrían ser otro desafío. La minera Sibanye-Stillwater había llegado previamente a un acuerdo para comprar las mismas minas de Appian, y luego se retiró después de lo que llamó un “evento geotécnico”. Appian ahora está demandando a Sibanye.