Los analistas encuestados por Banco de México compartieron pronósticos más pesimistas para el crecimiento económico de este año y el siguiente. Foto Axis Negocios/Gabriel Arrache
Los analistas encuestados por Banco de México compartieron pronósticos más pesimistas para el crecimiento económico de este año y el siguiente. Foto Axis Negocios/Gabriel Arrache

1 de nov. (Axis negocios) -- Los analistas del sector privado en México ajustaron a la baja sus proyecciones de crecimiento económico para este año y el siguiente, ante la debilidad observada hasta ahora y por los riesgos que se vislumbran rumbo a 2025.

     Los economistas de 41 grupos de análisis de bancos y casas de bolsa redujeron su estimación para el crecimiento de la economía al cierre de este año de 1.46 a 1.4%, lo que representa el pronóstico más pesimista para esta variable hasta ahora, de acuerdo con la encuesta mensual de expectativas de Banco de México.

     Para 2025, los analistas mantuvieron su estimado en 1.2%, que es también la expectativa más modesta desde que se pregunta esta variable.

     Si bien el crecimiento de la economía nacional sorprendió en el tercer trimestre del año con un avance de 1%, superior a lo esperado por el consenso de analistas, los grupos consultados han venido ajustando a la baja sus pronósticos desde abril.

     En esta ocasión, reforzaron su pesimismo tras conocer que el producto interno bruto (PIB) nacional mostró un avance de 1.7% en el acumulado de los primeros nueve meses de 2024, muy por debajo de la tasa de 3.5% que acumulaba a estas alturas de 2023, de acuerdo con la estimación oportuna del Instituto Nacional de Estadística y Geografía.

     De hecho, para que la proyección de los expertos consultados por Banco de México se cumpla, el PIB tendría que crecer apenas 0.5% a tasa anual en los últimos tres meses del año, así como registrar una ligera caída trimestre a trimestre.

     Pese al deterioro en las perspectivas de los analistas, el gobierno mexicano considera que la economía tuvo hasta ahora un desempeño sólido y en línea con sus expectativas, después de una serie de choques de oferta que limitaron la capacidad productiva en el primer semestre.

     Las autoridades plantearon una meta de crecimiento de entre 2.5 y 3.5% para este año, aunque dejaron abierta la posibilidad de revisar este pronóstico más adelante.

     “Ahorita las condiciones externas e internas no nos dan una perspectiva que anticipe que habrá una contracción el próximo trimestre; parece ser difícil”, dijo Rodrigo Mariscal, titular de la Unidad de Planeación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en conferencia de prensa esta semana. “Incluso si no creciéramos, la economía ya trae una base de crecimiento de alrededor de 1.4, 1.5%, entonces. . . tendría que caer el PIB. Eso puede ser difícil, y quizá lo que veríamos es que algunos analistas tendrían que ajustar sus pronósticos ligeramente”.

     Claro que muchos economistas no comparten el optimismo del gobierno, pues consideran que el consumo y la inversión --dos de los principales motores de la actividad hasta ahora-- frenarán su avance en los próximos meses por la incertidumbre que generan distintos temas, como la elección presidencial en Estados Unidos y las políticas que pueda adoptar el candidato ganador; la reforma judicial en México y la consolidación fiscal que tendrá que poner en marcha el gobierno de Claudia Sheinbaum para reducir el déficit público en 2025, junto con la dinámica misma de la actividad económica que parece sesgada a la baja.

     “Prevemos que el gasto público se estancará debido a las medidas de consolidación fiscal esperadas en 2025 y la finalización de varios proyectos prioritarios defendidos por la administración anterior”, escribieron Miriam Acuña y otros economistas de GBM, en un reporte. “Los inversionistas privados, tanto nacionales como extranjeros, también pueden adoptar una postura de ‘esperar y ver’ mientras evalúan las transiciones políticas en México y Estados Unidos”.

     Otro factor negativo, al menos desde la óptica de los analistas, es que el crecimiento más débil de la actividad económica no se reflejaría en una menor inflación, ya que subieron marginalmente su estimación para los precios al cierre de este año --de 4.44 a 4.45%-- y la dejaron en 3.8% para el próximo.

     En este caso, el escenario base del sector privado contrasta con el de Banco de México, que cree que la inflación regresará a su meta de 3% hacia finales de 2025, aunque se anticipa también que sigan adelante con su ciclo bajista de la tasa objetivo nacional. La brecha entre los pronósticos es, para algunos, un factor que justifica mantener la tasa de interés en territorio restrictivo por más tiempo.

     Además, los expertos estimaron que el tipo de cambio cerrará 2024 en 19.80 pesos por dólar, un incremento de 14 centavos frente al pronóstico previo y el mayor nivel esperado desde mayo de 2023.

     Para 2025 incluso proyectan que el tipo de cambio alcanzará las 20 unidades por dólar, el nivel más alto esperado hasta ahora y que responde a la volatilidad generada en las últimas semanas por la elección estadounidense, de acuerdo con la encuesta.

     Por último, los grupos de análisis reafirmaron sus pronósticos para la tasa de referencia de Banco de México, en 10 y 8% para 2024 y 2025, lo que implicaría un ciclo de recortes consecutivos a partir de ahora.

 

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Fecha de publicación: 01/11/2024

Etiquetas: encuesta Banxico PIB inflación tasas peso dólar economía