Newsletter
Recibe gratis un resumen diario de lo más importante en negocios.
Al suscribirte aceptas los términos y condiciones de nuestra política de privacidad.
Sanderson, Texas, 17 de jun. (Puente News Collaborative) -- La orden ejecutiva del presidente Biden para reducir las solicitudes de asilo en la frontera con México hace dos semanas no solo puso un freno a la celebración postelectoral de México --la primera mujer presidenta acaba de ser electa para el cargo--, sino que dejó a los residentes a lo largo de este tramo de la frontera de Texas poco impresionados.
Después de todo, muchos de los migrantes indocumentados que cruzan por esta zona son hombres mexicanos, que viajan solos o en pequeños grupos, rumbo a trabajos en campos petroleros, plantas manufactureras y campos agrícolas en el interior de Estados Unidos y que en muchos casos son bienvenidos.
“La medida de Biden es ciertamente un truco político”, dijo el alguacil del condado de Terrell, Thad Cleveland, un veterano de 26 años de U.S. Border Patrol, electo para ese cargo en 2022. “Estamos a cinco meses de las elecciones [estadounidenses] y esto es pura política. Tampoco creo que esto sea justo para nuestros vecinos en México”.
El condado de Terrell, que se extiende a lo largo de 86 kilómetros del Río Bravo en la región de Trans-Pecos en el centro de Texas, conlleva una ironía oculta: muchos empleadores quieren emplear a mexicanos sanos para trabajar, pero son menos acogedores con los migrantes no mexicanos.
De hecho, Cleveland, un republicano, tiene un mensaje para la recién electa presidenta de México, Claudia Sheinbaum: “Trabajemos juntos para proporcionar más permisos de trabajo para los hombres mexicanos, traer trabajadores invitados. Nuestra economía sobrevive y prospera gracias a la mano de obra extranjera ilegal. Eso es un hecho, y nuestros vecinos del sur son los que migran de un lado a otro”.
Restringir el asilo
El anuncio de política de Biden hace semana y media fue su último intento de poner algo de orden en una frontera invadida y caótica, principalmente en Texas y California. Con ella, el mandatario busca detener el ingreso desordenado de los inmigrantes a territorio estadounidense, la mayoría de ellos provenientes de Centroamérica, Venezuela, Haití, África y otros lugares. Esos ingresos están agravando aún más un sistema de asilo que ya está al límite. Muchos miles de personas están hoy apiñados en la frontera entre Estados Unidos y México, tratando de cruzar y comenzar sus solicitudes de asilo.
La medida del presidente estadounidense sacudió al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y a su recién sucesora electa, Claudia Sheinbaum, quien obtuvo una victoria abrumadora en la votación del 2 de junio.
La orden de Biden reduce drásticamente la capacidad de los migrantes que solicitan asilo en suelo estadounidense. La American Civil Liberties Union (ACLU) anunció rápidamente que planea impugnar legalmente la acción ejecutiva de Biden.
“En el frente migratorio, hemos estado trabajando bien”, dijo un irritado López Obrador el martes en su habitual encuentro con los medios tras saber que Biden haría el anuncio de su orden ejecutiva. Agregó que México y Estados Unidos necesitan “una relación de respeto a sus soberanías. Tenemos que buscar una política de buenos vecinos y tenemos que proteger nuestra integración económico-comercial”.
Resumen de las acciones ejecutivas de Biden en materia de inmigración:
¿Nueva oportunidad?
Hope Border Institute, con sede en El Paso, Texas, también ve la elección de Sheinbaum como una oportunidad para “restablecer las prioridades de la política migratoria” entre los dos países. La institución quiere que el próximo presidente de México rechace las políticas estadounidenses que criminalizan a los migrantes y la deportación de quienes ingresan y provienen de países como Venezuela, Haití y México.
La magnitud del flujo migratorio a través de México es incluso ya evidente en la capital del país. Los migrantes son ahora una presencia visible ahí, participando en diversas actividades, desde barrer las calles, recolectar materiales electorales del gobierno en los centros de votación, hasta pedir dinero en las esquinas de las calles o incluso remar en “trajineras”, las famosas barcazas humanas que navegan los canales de Xochimilco en la región sur de la ciudad.
Algunos migrantes ya están sobrecargando algunos servicios locales en México. Hace unos días, la Guardia Nacional de México y agentes de inmigración desalojaron a algunos de ellos de una plaza en el centro de Ciudad de México. Decenas de personas de Haití, Venezuela y otros países habían estado acampando allí durante meses. Las autoridades dijeron que los migrantes fueron llevados a centros de refugiados en estados cercanos.
Las actitudes de los mexicanos hacia los migrantes varían de acuerdo con el país de origen de los viajeros, de acuerdo con una encuesta realizada por Puente News Collaborative, una organización sin fines de lucro con sede en El Paso.
La encuesta encontró que casi 60% de los mexicanos dio un índice de aprobación bueno o muy bueno a los migrantes chinos que viven en el país. La aprobación disminuyó a 39 por ciento para guatemaltecos y venezolanos.
Pero la encuesta sugiere que la mayoría de los mexicanos están abrumadoramente a favor de otorgar permisos de trabajo temporales a los migrantes, en lugar de detenerlos o construir muros para frenar su llegada. Casi dos tercios se oponen a la detención de migrantes, mientras que cuatro de cada cinco están en contra de la construcción de barreras a los flujos humanos.
Algunos mexicanos, sin embargo, siguen buscando una vida mejor en Estados Unidos, muchos de ellos huyendo de la violencia o por razones económicas.
El año pasado, unos 180 mil mexicanos emigraron a Estados Unidos, la mayor cifra desde 2019, cuando 200 mil cruzaron la frontera, de acuerdo con US Census Bureau y Department of Homeland Security.
La encuesta de Puente mostró que más de un tercio de los 128 millones de habitantes de México desearía mudarse y vivir en Estados Unidos, aunque muy pocos dijeron que lo harían sin documentos legales.
Sheinbaum asumirá el cargo el 1 de octubre. No ha comentado sobre la orden ejecutiva de Biden. Los analistas creen que apoyará cualquier medida que tome López Obrador con respecto a los flujos migratorios y sus negociaciones con el gobierno de Estados Unidos.
Sin embargo, una vez en el poder, Sheinbaum podría aspirar a implementar una política más inclusiva para aquellos que abandonan sus países de origen para llegar a Estados Unidos.
“Con Claudia Sheinbaum, es probable que la política migratoria no cambie drásticamente”, dijo Andrew Selee, presidente de Migration Policy Institute en Washington D.C
“Pero podría enfocarse más en integrar intencionalmente a los migrantes y refugiados en México, como lo hizo como jefa de gobierno de la Ciudad de México”, agrego Selee. “Y en posicionar a México como líder en temas migratorios en el hemisferio”.
Antes de que se contemple tal propuesta, dijo Cleveland, muchos tejanos que viven a lo largo de la frontera quieren que se ponga fin al caos.
“Hay algunas cosas que podemos arreglar en esa parte”, dijo Cleveland. “Pero primero, una vez más, tenemos que volver a asegurar nuestra frontera, y no necesitamos depender de México para asegurar una frontera”.
Fecha de publicación: 17/06/2024
Etiquetas: migración Biden Sheinbaum