Tras el primer debate presidencial en Estados Unidos, aumentaron las probabilidades de que el Partido Republicano gane tanto la presidencia como el control del Congreso, dice Julius Baer. Foto AP/Gerald Herbert
Tras el primer debate presidencial en Estados Unidos, aumentaron las probabilidades de que el Partido Republicano gane tanto la presidencia como el control del Congreso, dice Julius Baer. Foto AP/Gerald Herbert

5 de jul. (Axis negocios) -- A exactamente cuatro meses de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, algunas voces comienzan a cuestionar la capacidad del octogenario presidente Joseph R. Biden, para mantenerse en la contienda, lo que abriría la puerta al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca y plantearía una serie de desafíos para la relación bilateral con México.

     Tras el primer debate entre ambos candidatos, en el que Biden lució tambaleante y desorientado por momentos, el banco de origen suizo Julius Baer elevó a 45% las probabilidades de que el Partido Republicano obtenga tanto la presidencia como el control del Congreso, una situación similar a la que se vivió en México en junio, cuando Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados se quedaron con prácticamente todos los cargos de elección popular que estaban en disputa.

     En contraste, la posibilidad de que Biden gane la presidencia con un Congreso dividido se estima en 35%, mientras que los dos escenarios menos probables son una ‘barrida’ del Partido Demócrata o una victoria de Trump sin mayoría legislativa, ambos con 10%, dijo Esteban Polidura, director de Estrategia de Inversión para las Américas de Julius Baer.

     El experto considera que la relación entre el gobierno de Claudia Sheinbaum --que arrancará en octubre-- y la hipotética administración de Trump no será fácil, pues hay temas que generarán ruido de cara a la renegociación del tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026, particularmente la presencia de compañías chinas en territorio nacional y, sobre todo, los cambios legislativos que promueve el gobierno mexicano y que pudieran mermar la confianza de los inversionistas estadounidenses en el país.

     Aquí un extracto de la conversación con Axis Negocios:

 

Hasta ahora, a los mercados parece no inquietarles la elección de noviembre. ¿Qué factores podrían generar mayor pesimismo?

No hay por el momento incertidumbre o volatilidad, pero sí notamos mucha expectativa y ya comienza a haber reacciones importantes ante ciertos eventos.

     Lo más relevante aquí es que, después de lo que vimos la semana pasada en el debate respecto al desempeño del presidente Biden, creemos que un escenario que denominamos una ‘barrida republicana’, es decir, que los republicanos no nada más ganen la Presidencia, sino también el Congreso, ahora tiene mayor probabilidad de ocurrir. Hoy en día le asignamos una probabilidad de 45%. Ese escenario sí sería bastante importante para los mercados, porque en nuestra opinión implicaría un mayor gasto.

     Los demás escenarios, es decir, que gane el presidente Biden y que haya un Congreso dividido o que los demócratas ganen la Presidencia y el Congreso, implicarían un poco más de lo mismo. Sin embargo, si los republicanos ganan Presidencia y Congreso, ahí nosotros vemos mayor gasto y, por ende, un impacto importante en los mercados.

 

¿Qué implicaciones económicas y financieras tendría el aumento del gasto y del déficit fiscal?

El mercado está muy a la expectativa de cualquier noticia que impacte no nada más al gasto, sino también al déficit fiscal en Estados Unidos. Por lo tanto, este escenario del cual estamos hablando traería consecuencias positivas y negativas. Positivas en el sentido de que un mayor gasto podría implicar un mayor crecimiento económico y esto tendría un impacto favorable a corto plazo, por ejemplo, en el mercado accionario, sobre todo para sectores cíclicos o que siguen el ciclo económico.

     Sin embargo, es probable que un mayor gasto conduzca a una inflación más alta. A su vez, esto detonaría una retórica, si no es que una postura más estricta por parte de la Fed respecto al nivel de tasas, es decir, tasas altas por más tiempo, y eso de nuevo tendría un efecto importante en los mercados.

     Típicamente, tasas más altas deberían fortalecer al dólar; sin embargo, como en este caso serían consecuencia de un mayor gasto, que es un tema ya sensible, probablemente veríamos un dólar más débil.

 

En el caso del peso, ¿hay riesgo de una mayor depreciación frente al dólar, especialmente si Donald Trump gana el 5 de noviembre?

Creo que la primera ola de reacciones ya la vimos. Fue muy fuerte en cuanto se vio que habría un control del Congreso mexicano [por parte del partido Morena y sus aliados] casi por completo, y después se suavizó un poco con algunos nombramientos del gabinete, discursos, etcétera.

     Ahora el periodo a observar de manera cercana, no solo por parte de inversionistas locales sino también extranjeros, es a partir de septiembre, que es cuando habrá un cambio de Congreso, pues todavía tenemos a la actual administración que ha hablado de intentar presentar varios cambios constitucionales.

     Tal vez lo peor de la reacción inicial o lo más intenso ya pasó, pero viene todavía una prueba muy fuerte para el peso, que es ese mes donde tendremos un nuevo Congreso con la actual administración.

     En la parte internacional, si volvemos a lo que mencioné sobre una barrida republicana en Estados Unidos, donde el efecto final pudiera ser un debilitamiento del dólar, entonces estaríamos viendo un efecto opuesto, pues si en México hay cambios que pongan en tela de juicio o por lo menos en un nivel sensible para el mercado, temas como el Estado de Derecho, eso podría depreciar al peso. Creo que la moneda va a estar bajo dos fuerzas importantes y pronosticarlo es muy difícil hoy en día.

 

¿Por el momento podríamos decir que el riesgo está contenido?

Nosotros tenemos un peso proyectado en 18 unidades por dólar para los siguientes tres meses y en 17.70 para los próximos 12 meses, entonces, creemos que se revertirá un poco ese factor de riesgo que se le puso a la divisa después de las elecciones mexicanas, por lo que no habría un efecto mayor por eventos domésticos ni en Estados Unidos.

 

¿Qué tan difícil le resultaría al próximo gobierno de Claudia Sheinbaum negociar con Trump?

No va a ser sencillo, porque para la potencial administración republicana, sobre todo en vista de lo que sabemos del expresidente Trump, temas como migración y China son importantes, y esos son temas que forman parte de la relación comercial con México.

     Se habla mucho de que las empresas chinas están teniendo una mayor participación en el mercado mexicano, tanto de manera formal como informal, y ese posiblemente será un tema sensible para la nueva administración en Estados Unidos.

     Ahora bien, no creo que valga la pena irse a un escenario muy radical pensando en que Estados Unidos tiene la intención de presionar a México en esos y otros puntos adicionales. Hay que recordar que para Estados Unidos lo principal es precisamente que China no siga ganando poder a nivel global, y México es un aliado para esto. Entonces, yo creo que serán renegociaciones difíciles, pero no me aventuraría a decir que Estados Unidos tiene todo el poder y México todas las de perder. Son renegociaciones donde hay mucho sobre la mesa a favor de ambas partes, porque ambas tienen cosas que ganar y que perder de una renegociación mala o buena.

 

¿Cuál es el tema que marcará el rumbo de la renegociación del T-MEC en 2026?

Cualquier cambio en México que ponga en tela de juicio el Estado de Derecho podría tener efectos importantes en esa renegociación, porque el tratado establece las reglas para una relación comercial de largo plazo, lo cual involucra inversiones multimillonarias, billonarias que tienen como horizonte no un año o dos, sino décadas.

     Si de pronto los inversionistas de Estados Unidos no se sienten con la confianza de traer estos recursos a México para invertir con esas décadas hacia adelante en mente, entonces el tratado no estaría cumpliendo su propósito. Por eso el elemento número uno a vigilar es que el Estado de Derecho en México prevalezca.

 

Por el lado positivo, ¿podríamos ver un mayor impulso al nearshoring en un eventual gobierno de Trump, dada su retórica anti-China?

El nearshoring es un tema favorable para México y no es nuevo, porque básicamente representa una continuidad de lo que hemos estado viendo desde el Tratado de Libre Comercio anterior, que se está acelerando con las fricciones entre Estados Unidos y China. Por eso creemos que, más que un maratón, es una carrera de velocidad, pero si la retórica de Trump o su estrategia hacia China cambiara, eso podría tener un efecto favorable para México, una aceleración de inversiones.

     No obstante, el país tiene que hacer su tarea en el sentido de seguir promoviendo un ambiente de inversiones transparente, predecible y seguro para todo el dinero que recibe.

 

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Fecha de publicación: 05/07/2024

Etiquetas: México EUA relación bilateral comercio migración TMEC Trump