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México puede ser una parte esencial para la política industrial de Estados Unidos, ante la animadversión de la mayor economía del mundo con China, el “friendshoring” y el fortalecimiento de cadenas de suministro, sin embargo, nada es seguro.
Para la calificadora Moody’s Ratings existen deficiencias estructurales “importantes” que podrían dificultar el aprovechamiento de la oportunidad. Recordó que México es ahora la mayor fuente de importaciones de Estados Unidos, con 15.4% en 2023, en comparación con el 13.9% de China, que llegó a ser de 21.6% en 2017, antes de que iniciara una guerra comercial Donald J. Trump.
“La política comercial de Estados Unidos probablemente mantendrá una postura proteccionista, ya que el país buscará contrarrestar el creciente dominio de China (A1 negativa) en sectores estratégicos y las cadenas de suministro globales”, escribieron en un reporte los especialistas de Moody’s liderados por Ariane Ortiz-Bollin.
Los analistas dijeron en un documento sobre los efectos de la elección presidencial estadounidense sobre América Latina que la oportunidad podría beneficiar en especial a sectores como el automotriz, inmobiliario y de tecnología de comunicaciones, que ya forman parte de la cadena de suministro de Norteamérica.
Pero los problemas de México incluyen limitaciones de infraestructura, escasez de agua, violencia y delincuencia, además del reciente debilitamiento de los controles y equilibrios judiciales, señaló la calificadora estadounidense en referencia a la aprobación de la reforma al Poder Judicial.
De hecho, Moody’s, una de las tres calificadoras más seguidas del mundo, ya había advertido afectaciones a la calidad crediticia del país por las reformas constitucionales, con un impacto alto para el soberano, moderado para empresas y bajo para el sector bancario.
Por otro lado, es probable que Washington aborde el aumento del comercio y la inversión de China en México, que podría llevar a presunta evasión de aranceles del país asiático mediante las exportaciones a través de México.
“El Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) se revisará en 2026, y es probable que los tres países comiencen las renegociaciones en 2025”, escribieron los analistas.
La renegociación del tratado comercial con un posible regreso del expresidente Donald Trump llevaría a una alta incertidumbre, mientras que con una potencial presidencia de la vicepresidenta Kamala Harris, probablemente el enfoque se centraría en cláusulas laborales.
En ambos casos, señaló Moody’s, el gobierno estadounidense trataría de llegar a un acuerdo que maximice el contenido estadounidense de los productos norteamericanos.
Las preferencias del electorado estadounidense lucen cerradas y las declaraciones de Trump al respecto de México han generado preocupaciones.
El también empresario ha amenazado con imponer aranceles extraordinarios a los automóviles fabricados en México. Ante ello, la automotriz estadounidense Tesla pausó sus planes de fabricación de una planta en Monterrey, y generó rumores sobre movimientos similares de la china BYD, que terminó por desmentir.
Trump incluso ha hecho reclamos directos a compañías, como el fabricante de maquinaria agrícola, de construcción y forestal Deere & Company --conocido comercialmente como John Deere--, a quien advirtió aranceles elevados si trasladaba parte de su producción a México.
Distintos actores, como el banco de inversión estadounidense Morgan Stanley y la casa de bolsa Intercam y la firma francesa Veolia, ya han señalado que México enfrenta retos en sectores relevantes como energía e infraestructura para aprovechar el potencial del reacomodo de las cadenas de suministro, o nearshoring.
El nearshoring sigue siendo visto por muchos como una de las grandes oportunidades del país para los próximos años, aunque todavía no muestra su verdadero potencial.
En el plano migratorio, la calificadora considera que tanto Trump como Harris seguirán instando a México para impedir la llegada de migrantes ilegales a Estados Unidos.
La estrategia de Harris iría dirigida a controles fronterizos más estrictos, como ampliar el personal del Departamento de Seguridad Nacional y darle la autoridad de expulsar inmigrantes, además de endurecer las normas de asilo; en tanto, Trump emprendería medidas como mayores deportaciones, separación de familias y aranceles comerciales que podrían obstaculizar flujos comerciales y financieros.
Aunque los candidatos “tienen propuestas de política económica y fiscal marcadamente diferentes, anticipamos que el próximo gobierno mantendrá su orientación hacia políticas comerciales más estrictas y prioridades en materia de inmigración, independientemente de quién gane las elecciones el 5 de noviembre”, escribió Moody’s.
Fecha de publicación: 25/09/2024
Etiquetas: Economía México industrial oportunidad EUA Moody´s