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3 de sep. (Dow Jones) -- La creciente disputa comercial entre China y Estados Unidos está repercutiendo en la economía global, afectando la confianza de las pequeñas empresas estadounidenses, limitando el comercio entre los gigantes industriales asiáticos y socavando a las fábricas orientadas a la exportación de Europa.
Estados Unidos impuso nuevos aranceles de 15% a los productos chinos, incluyendo ropa, herramientas y productos electrónicos. También entró en vigor una ronda de aranceles chinos de represalia, dirigida a las importaciones de soya, petróleo crudo y productos farmacéuticos estadounidenses.
Beijing dijo que presentó una queja ante la Organización Mundial del Comercio sobre los aranceles de la administración Trump.
La confianza económica entre las pequeñas empresas estadounidenses cayó en agosto al nivel más bajo registrado desde noviembre de 2012, de acuerdo con una encuesta mensual realizada entre más de 670 pequeñas empresas para el diario The Wall Street Journal. La parte de los encuestados que esperan que la economía empeore en los próximos 12 meses aumentó a 40%, en comparación con 29% en julio y 23% en el mismo periodo del año anterior.
Mientras tanto, Japón dijo que el gasto de capital de los fabricantes del país cayó 6.9% en el trimestre de abril a junio, la primera caída en dos años, ya que las empresas registraron una disminución de casi dos dígitos en las exportaciones a China. Corea del Sur dijo el domingo que sus exportaciones a China cayeron 21.3% en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior, lo que provocó una disminución general de las exportaciones de 13.6%.
Una encuesta estadounidense realizada entre los gerentes de compras del sector fabril que se publicó este martes arrojó más luz sobre cuánto está afectando el conflicto comercial al sector industrial de Estados Unidos. Varios informes en los últimos días sugirieron que las consecuencias se estaban profundizando a nivel mundial.
Los aranceles están presionando al alza los costos para las compañías multinacionales, obligándolos a buscar formas de compensarlo. Además, la incertidumbre sobre las perspectivas de las negociaciones entre China y Estados Unidos dificulta la planificación de los gerentes.
Tanto Japón como Corea del Sur han dicho que el impacto arancelario es particularmente pronunciado en piezas y materiales de alta tecnología que compran las fábricas de China, como autopartes japonesas y semiconductores surcoreanos. Las fábricas chinas usan esos productos para fabricar productos terminados, algunos de los cuales se exportan a Estados Unidos.
Las encuestas de los gerentes de compras de Japón, Taiwán, Corea del Sur e Indonesia también señalan disminuciones en la actividad manufacturera en agosto, con resultados mixtos en China. En Europa, las caídas en la actividad manufacturera fueron más pronunciadas en Alemania, la potencia exportadora del continente y un proveedor líder mundial de maquinaria y equipo.
“Las guerras comerciales y los aranceles siguen siendo las principales preocupaciones entre los productores, y la escalada de las tensiones de la disputa comercial mundial en agosto alentó una mayor aversión al riesgo”, dijo Chris Williamson, economista en jefe de negocios de IHS Markit, firma que realiza las encuestas.
La encuesta de pequeñas empresas de Estados Unidos realizada el mes pasado por Vistage Worldwide, una organización de capacitación ejecutiva, justo después de que el presidente Trump anunció la imposición de aranceles adicionales a las importaciones chinas, pero antes de ordenar a las empresas estadounidenses que comenzaron a buscar alternativas en China. Cuarenta y cinco por ciento de las pequeñas empresas --que tienen ingresos entre un millón y 20 millones de dólares-- dijeron que el anuncio de los aranceles del presidente afectaría sus negocios.
En la encuesta, algunos propietarios de pequeñas empresas estadounidenses dijeron que apoyaban los aranceles, a pesar de ser dolorosos a corto plazo, y la mayoría dijo ser optimista sobre sus finanzas. Además, los aranceles son solo un factor que contribuya a los cambios en las perspectivas económicas.
Pero los dueños de negocios en ambos lados del problema arancelario dijeron que la incertidumbre --acerca de si se aplicarán los aranceles y cuándo se aplicarán, qué tan grandes serán y cuánto tiempo permanecerán vigentes-- está haciendo difícil la planificación y está afectando a sus empresas
“Es abrumador, agotador y desmoralizador”, dijo Susan White Morrissey, fundadora de White + Warren, una marca de casimir de Nueva York. “Mis empleados solo quieren saber qué hacer. Esta es probablemente la primera vez en mi carrera que no puedo darles las respuestas”.
White + Warren este año incluyó cinco empleados e inventario para aumentar las ventas de comercio electrónico, pero la compañía de 30 personas está luchando para poder planear a medida que se recrudece la disputa comercial. Los aranceles fiscales este verano recortaron las ganancias en sus sombreros de cachemira acanalados que fueron fabricados en China en 50%.
“Es bastante difícil adaptarse a los aumentos de precios, pero es más difícil cuando no está seguro de cómo se desarrollará la política en el futuro”, dijo Richard Curtin, un economista de Michigan University que analizó los datos de Vistage. “Para las pequeñas empresas, eso significa ser más cauteloso en sus planes de inversión y contratación”.
Las conversaciones comerciales se han estancado desde finales de mayo, cuando se creía que los negociadores estaban cerca de llegar a un acuerdo. Desde entonces, los negociadores han intentado, hasta ahora sin éxito, llegar a un acuerdo preliminar limitado que obligaría a China a comprar más productos agrícolas estadounidenses y Estados Unidos acordarán relajar las restricciones sobre las tecnologías Huawei de China.
Se han programado imponer aranceles adicionales de 15% en Estados Unidos a los teléfonos inteligentes, computadoras portátiles, juguetes, videojuegos y otros productos de fabricación china el próximo 15 de diciembre.
Trump rechazó la idea de que sus políticas comerciales estaban perjudicando a la economía estadounidense. Culpó a las “compañías mal administradas y debilitadas” por cualquier contratiempo comercial e instó a la Reserva Federal a reducir las tasas de interés para apoyar la economía.
Para adaptarse, algunas empresas están reubicando su producción en otros países. LumiGrow, un fabricante de iluminación LED con 30 trabajadores que es utilizada en la horticultura, se está mudando a una fábrica en Malasia solo un año después de que trasladó la producción a China desde Estados Unidos para reducir costos.
Jay Albere, director ejecutivo de la empresa con sede en Emeryville, California, apoya los aranceles pero no los cambios rápidos en la política comercial. Un cargamento de luces LED estaba en camino desde China cuando se impusieron aranceles más altos esta primavera con tan solo unos días de aviso. “Solo deme la capacidad de planificarlo y tomar una decisión comercial inteligente”, dijo. “La falta de certeza hace las cosas es muy, pero muy difíciles”
Traducido por Luis Felipe Cedillo
Editado por Michelle del Campo
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Fecha de publicación: 03/09/2019
Etiquetas: EUA China Guerra Comercial Disputa Aranceles Bienes Consumidores Costos Alza Importaciones Exportaciones Importación