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11 de abr. (Axis negocios) -- El gobierno de Claudia Sheinbaum inició a su primer año con una meta que ninguno de sus últimos predecesores ha conseguido: reducir el déficit fiscal más alto en décadas en casi dos puntos porcentuales, de 5.7 a 3.9% del producto interno bruto.
Si bien ajustó ligeramente su expectativa de deuda en los Precriterios de Política Económica para 2026, a un rango entre 3.9 y 4% del PIB, se trata de una meta que muchos consideran ambiciosa y que contrasta con lo visto en los primeros años de los últimos tres sexenios: con el expresidente Felipe Calderón el déficit subió de 1.5 a 1.7% del PIB entre 2006 y 2007; Enrique Peña Nieto lo mantuvo en 3.6% y Andrés Manuel López Obrador lo llevó de 2.1% en 2018 a 2.3% del PIB en 2019.
La propuesta de consolidación preocupa además porque se busca alcanzarla en un entorno de menor crecimiento, ya que la economía viene desacelerando desde el año pasado y ahora debe lidiar con el posible impacto de los aranceles de Estados Unidos.
El propio gobierno reconoce que la economía no crecerá en el rango de 2 a 3% que estimó en el Paquete Económico 2025, por lo que ahora proyecta una expansión del PIB de entre 1.5 y 2.3%. El supuesto no deja de ser optimista si se compara con el pronóstico de los analistas del sector privado que encuesta Citi, quienes anticipan un crecimiento casi nulo o de apenas 0.3%.
“Para cumplir con la reducción del déficit de 5.7% a 4%, medido a través de los requerimientos financieros del sector público, se tendría que aumentar la recaudación, especialmente la tributaria, que hasta el momento acumula un avance de 10.1% real anual”, escribieron Félix Boni y el equipo de economistas de la calificadora HR Ratings, en un reporte. “No obstante, este rubro es de los más susceptibles al nivel de crecimiento del PIB, por lo que el esfuerzo por combatir la elusión fiscal deberá continuarse”.
La agencia crediticia agregó que la situación actual de las finanzas públicas y el recorte en la estimación de crecimiento de la Secretaría de Hacienda son congruentes con la perspectiva ‘negativa’ en la que colocó la calificación soberana de México a finales del año pasado, además de que hay presión adicional sobre la nota, que hoy se encuentra en ‘BBB+’ o dos niveles por arriba del grado especulativo.
El posible recorte de la nota soberana es un factor que para muchos debe impulsar a las autoridades para reducir el déficit rápidamente. La calificadora Moody’s Ratings fue la primera en empeorar su perspectiva del soberano de ‘estable’ a ‘negativa’, argumentando un deterioro en la asequibilidad de la deuda, una mayor rigidez del gasto público y presiones asociadas a los pasivos de Petróleos Mexicanos o Pemex, los cuales tienen el respaldo del gobierno. S&P Global Ratings y Fitch Ratings no han hecho cambios hasta ahora, aunque esta última tiene a México a un peldaño de perder el grado de inversión.
“A pesar de las presiones sobre las métricas fiscales, es probable que las agencias crediticias esperen a tener más claridad sobre las condiciones comerciales [con Estados Unidos] y sus implicaciones para las perspectivas económicas de México antes de tomar cualquier medida”, dijeron expertos de GBM en un reporte. “Fitch y S&P han reconocido que uno de los principales riesgos a la baja para la calificación soberana es la posibilidad de un mayor deterioro del crecimiento económico”.
En el Paquete Económico de 2025, Hacienda estimó que un punto adicional de crecimiento del PIB puede generar un alza de 52.8 mil millones de pesos en los ingresos tributarios, al elevar la recaudación de impuestos como el IVA y el ISR.
No obstante, los funcionarios responsables de las finanzas públicas reconocieron que su proyección de crecimiento para este año no incorpora los aranceles por parte del presidente estadounidense Donald J. Trump, los cuales están afectando las exportaciones mexicanas de autos, acero, aluminio y otros productos que no están cubiertos por el tratado comercial de Norteamérica (T-MEC), por lo que es probable que ese pronóstico deba ajustarse en los próximos meses y se traduzca en menores ingresos.
“Pensamos que era importante que la SHCP discutiera cómo ve los posibles impactos de los aranceles potenciales, aunque su proyección no los incluya”, dijeron Arely Medina y Rodolfo Ostolaza, analistas de Banamex. “La ausencia de todas estas consideraciones en los argumentos de la SHCP da escaso sustento a sus proyecciones de crecimiento del PIB”.
Para muchos, la mejor vía para subir la recaudación es una reforma fiscal enfocada en cobrar más impuestos, en mejorar los mecanismos recaudatorios existentes o en incorporar a más trabajadores a la economía formal. Sin embargo, la administración de Sheinbaum dijo que no tiene planes de adoptar una política de este tipo por el momento.
La posibilidad de un mayor déficit no es lo único que preocupa a los analistas, ya que Hacienda también estimó que el saldo histórico de los requerimientos financieros del sector público, o la medida más amplia de la deuda, se ubicará en 52.3% del PIB tanto en 2025 como en 2026, frente a sus estimaciones previas de 51.4 y 48.8%, esto debido a un efecto contable derivado de la depreciación del tipo de cambio. Algunos prevén que este porcentaje también será más alto, lo que cobrará relevancia en el contexto de un posible recorte a la nota crediticia.
Pero también hay quien sí cree que las autoridades pueden cumplir su objetivo de consolidación fiscal incluso en un escenario de mayor debilidad económica, gracias a que otros estimados en los Precriterios parecen conservadores y a que Hacienda podría recibir recursos adicionales en los próximos meses.
“Si acomodamos los supuestos de Hacienda. . . Lo que vemos es que sí se puede cumplir con el déficit”, dijo Gabriel Casillas, economista en jefe para Latinoamérica de Barclays, en conferencia de prensa.
Casillas dice que un menor crecimiento del PIB sería parcialmente compensado por la depreciación del peso frente al dólar porque esta variable suele aumentar los ingresos más de lo que hace subir la deuda externa. El gobierno estima que el tipo de cambio cerrará el año en 20 unidades por dólar, mientras que el consenso de analistas lo ve en casi 21. Otro impacto favorable llegaría de un mayor precio del petróleo, que Hacienda calcula en 62.4 dólares por barril.
El peso cotizó este viernes en 20.3 pesos por dólar y acumula una ganancia de 2.7% en lo que va del año. Por su parte, la mezcla mexicana de petróleo cerró el jueves en 57 dólares por barril, por lo que ha perdido 14.5% hasta ahora, aunque la expectativa es que el precio del crudo suba hacia adelante.
Por último, el monto faltante para alcanzar la meta de consolidación podría provenir del remanente de operaciones que Banco de México le entregaría al gobierno por primera vez en ocho años y que, de acuerdo con GBM, estaría cerca de los 176 mil millones de dólares. Los detalles de esa transacción se darían a conocer este mes.
Fecha de publicación: 11/04/2025
Etiquetas: México finanzas públicas déficit consolidación fiscal Hacienda Sheinbaum PIB peso dólar economía