Clima extremo afecta a más de mitad de empresas en el país, dice Banco de México

13 de jun. (Axis negocios) -- Las condiciones climáticas extremas que vive México dejaron un impacto negativo para más de la mitad de las empresas en el país durante los últimos cinco años, con un daño notorio reportado en el sector agrícola y que refleja un entorno cada vez más complejo por el cambio climático, dijo Banco de México.

     Las lluvias excesivas en la región centro y la sequía en el norte del país estuvieron entre los fenómenos que afectaron a las empresas consultadas, junto con calor extremo en el sur e incluso heladas o fríos excesivos, dijo el Instituto Central en su reporte correspondiente al desempeño de las economías regionales en el periodo de enero a marzo de este año.

     Al ahondar en las afectaciones por sectores, el estudio encontró que 97% de las compañías del ramo agropecuario se vieron perjudicadas, mientras que en la industria y los servicios los porcentajes fueron menores, con afectaciones de 44.7 y 48.9%, respectivamente.

     Además, la escasez de agua derivada de la sequía se convirtió en un reto operativo cada vez más problemático para las empresas del sector primario, pues las obliga a incurrir en mayores costos para asegurar su abastecimiento, de acuerdo con el reporte elaborado por el banco central.

     “En la última observación, que es la que corresponde a mayo, tenemos cerca de 80% de la producción nacional de 16 cultivos con un nivel de exposición a la sequía importante”, dijo Alejandrina Salcedo, directora general de Investigación Económica de Banco de México, durante la presentación del informe. “Este en sí mismo es un número elevado, pero también lo vemos como un número alto si lo comparamos con los promedios desde 2016, que estaban alrededor de 20%”.

     En lo que va de 2024, el país experimentó una ola de calor con condiciones de sequía severa, extrema o excepcional en distintas zonas del país, luego de un 2023 que fue clasificado como el año más seco desde 1941 y el más cálido desde 1953, de acuerdo con cifras de la Comisión Nacional del Agua y el Servicio Meteorológico Nacional.

     La situación de calor anormal y escasez de agua propició incluso que el gobierno de México tuviera que frenar los planes de algunas empresas que pretendían edificar fábricas en zonas con altos niveles de estrés hídrico. Tal fue el caso de la estadounidense Constellation Brands, que en 2020 canceló la construcción de su planta en Mexicali, Baja California, tras una cuestionada consulta ciudadana que rechazó la obra precisamente por la falta de agua en la entidad y que a juicio de los entrevistados se agravaría con la operación de la cervecera. Constellation trasladó su proyecto a Veracruz.

     Otra de las empresas bajo el escrutinio de las autoridades es el fabricante de autos eléctricos Tesla, que anunció hace poco más de un año la construcción de una gigafactory en la zona metropolitana de Monterrey, una de las ciudades más grandes del país y de las más afectadas en los últimos años por la baja disponibilidad de agua.

      El gobierno de Andrés Manuel López Obrador inicialmente rechazó que la planta se instalara en la capital neolonesa, pero al final aceptó su llegada a cambio de que la automotriz asumiera una serie de compromisos de remediación, entre ellos utilizar agua tratada en todos sus procesos. La inversión todavía no se ha materializado y algunos creen que el proyecto podría no llevarse a cabo por una decisión de la compañía.

     Como parte de los esfuerzos para atender el tema del agua, López Obrador también propuso una reforma constitucional que prohibiría la entrega de concesiones a particulares en zonas con escasez y sequía, aunque no está claro si será aprobada en el corto plazo ya que forma parte de un paquete de hasta 18 enmiendas constitucionales que serán discutidas en la siguiente administración.

     “La escasez de agua es particularmente crítica en las regiones norte y centro del país, donde se concentra la mayoría de la población y las actividades económicas”, dice el texto de la iniciativa presidencial, que por ahora no se encuentra entre las prioridades al arranque del próximo Congreso en septiembre. “Estas zonas son altamente dependientes del agua para la agricultura, la industria y el consumo humano. Sin embargo, la sobreexplotación de los acuíferos y los efectos del cambio climático, como las sequías prolongadas y las lluvias erráticas, han llevado a una disminución en la disponibilidad y calidad” del líquido.

     La situación tardará tiempo en solucionarse y las medidas propuestas hasta ahora son insuficientes, de acuerdo con especialistas, por lo que se requieren otras acciones que incluyen mejorar las técnicas de producción en el sector agrícola y aumentar la inversión en infraestructura, las cuales deberá abordar el gobierno entrante de Claudia Sheinbaum a partir de octubre.

     “Ante la escasez de energía y agua, el próximo gobierno deberá adoptar un enfoque más pragmático hacia el sector energético y las cuestiones ambientales”, escribieron Renzo Merino y otros analistas de la agencia calificadora estadounidense Moody’s Ratings, en un reporte.

     El “Monitor de Sequía en México” de Conagua mostró que, hasta la segunda quincena de mayo, 76% del territorio nacional enfrentaba una situación de sequía, contra 33% reportado en el mismo periodo de 2023.

     Por ahora, solo 15% de las empresas en el país no esperan verse afectadas por eventos climáticos extremos en los próximos cinco años, mientras que la mayoría tiene una preocupación que va de leve a moderada, de acuerdo con el informe de Banco de México.

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* César Pérez contribuyó a la elaboración de esta historia.